De la pasión de Cristo al dolor en Gaza: violencia, responsabilidad y civilización
Reflexión psicoanalítica sobre la culpa, la violencia y la identidad colectiva, uniendo la simbología cristiana al drama palestino actual.
Tempo previsto
1/9/2025
El artículo explora las conexiones entre periodismo, psiquiatría y comportamientos sociales, abriendo nuevas perspectivas en la comunicación.
Acepté el desafío propuesto por la Dra. Ana Babrilla para conversar sobre estos dos temas: periodismo y psiquiatría. La comunicación política en América Latina se ha inclinado hacia esta intersección, por ejemplo, el libro que el periodista chileno Dr. Felipe Vergara Maldonado escribe con una amiga europea psicóloga.
En ocasión del “I Seminario Avanzado de Comunicación Política”, en la Universidad Federal de Paraná (UFPR), le pregunté a Maldonado qué enfoque de la psicoterapia se incluía en su investigación. No supo responder, lo cual es una respuesta.
Desde el psicoanálisis, en el que no se hace pie (de tan profundo), hasta la simplificación de las teorías conductuales, es difícil vincular el periodismo de lead americano con cuestiones psíquicas. No es imposible. Pero es difícil porque la vastedad invita a conclusiones precipitadas, como atribuir a alguna figura pública el diagnóstico de presidente mentalmente débil.
Las metodologías heredadas de las ciencias sociales, como los análisis de contenido y del discurso, ¿no serían suficientes para explicar los fenómenos comunicativos? Sí y no. Si fuera exclusivamente que sí, este artículo sería inútil.
Sí, porque con tales recursos se puede describir una multitud de emociones y sentimientos. No, porque a las investigaciones de comunicación les pueden faltar aspectos aún más profundos, capaces de hacer más nítidos los contornos de los objetos.
Cuando Sigmund Freud traza un paralelo entre las visiones del mundo registradas en la historia y la formación de la psique individual [del neurótico], nos hace mirar el animatismo, el animismo, la religión y la ciencia.
Aunque el animatismo recibe un nombre exclusivo, a menudo se entiende como una fase pre-animismo. Desde el pre-animismo hasta la religión, tratamos, con mayor importancia, de explicar el mundo bajo la “omnipotencia del pensamiento”. Por cierto, lo que justamente divide las dos primeras fases es la externalización de las comprensiones del individuo en la figura de los espíritus, ya sean ángeles y demonios. La hechicería y la magia quedan en este párrafo. Cuando se evocan estas visiones del mundo, Freud utiliza los registros que el antropólogo James Frazer hizo de los pueblos totémicos, los aborígenes de Oceanía.
Julio Fachini, investigador de filosofía del psicoanálisis:
A modo de observación, cito que Freud identifica el totemismo en pueblos melanesios, polinesios, africanos y americanos, además de rastros del totemismo en diversas otras culturas alrededor del planeta. Para Freud, así como para Frazer y otros antropólogos citados en Tótem y tabú (1913), los rasgos, vestigios y herencias del totemismo parecen poseer un carácter más cercano a lo universal que limitado a los pueblos aborígenes australianos.
Es más o menos así: lo que la especie humana ha experimentado a lo largo de la historia sirve de metáfora para la formación personal. Es decir, existe un “pequeño aborigen” en cada persona, así como existe un “religioso” y un “científico”. Bueno, muy a grandes rasgos. Los neurocientíficos de best-seller lo explican con el reptiliano, el límbico y el neocórtex. El análisis transaccional tiene una idea genial con los Estados del Yo Padre, Adulto y Niño.
Pero es solo en la fase científica, la última, cuando se percibe la realidad circundante y uno se conforma con ella. Es cuando se deja de hacer que el Sol gire en torno a la Tierra.
A partir de aquí se podría discutir qué es la posverdad. El término ha sido comúnmente explicado como el interés emocional y sentimental asociado a una palabra o a un texto. Desde la perspectiva psicoanalítica, no se trata de absolutamente nada nuevo. Lástima por el periodismo que no prestó atención antes.
Falta aún mencionar que la audiencia de los noticieros está drogada, como se puede comprobar por los rastros de cocaína en las aguas residuales de Londres o de antiinflamatorios y antidepresivos en las letrinas de Curitiba.
Francia debate día sí, día no la “pedopsiquiatría”. En la época de la pandemia de Covid-19, el gobierno de allí ofreció diez sesiones de terapia a cada niño o joven de entre tres y 17 años. Hay algo en qué pensar sobre el comportamiento del público, ¿no?
Leia insights sobre a interação de humanos com modelos de linguagem de IA, e sobre os ODS no Brasil. Lab Educação 2050 Ltda, que mantém este site, é signatária do Pacto Global das Nações Unidas.
Los recursos en línea amplían los conceptos psíquicos y periodísticos para el desarrollo humano.
Enfoque en la salud y el bienestar de todos, abordando la importancia de la psicoterapia.
Reflexión psicoanalítica sobre la culpa, la violencia y la identidad colectiva, uniendo la simbología cristiana al drama palestino actual.
Cuando, a las tres de la tarde del viernes, Jesús suspira y entrega su espíritu a Dios, pasamos a preguntarnos: «¿qué hemos hecho?». Para un distraído, no debe ser más que una culpa más para la colección. Nosotros, los freudianos, sin embargo, entendemos tal pregunta como el origen de la civilización.
Es una cuestión de geolocalización, si es que me entiende.
¿Dónde estamos, exactamente, después de haber asesinado al Creador? Si estamos entre los que se hacen a sí mismos esa pregunta, tal como en el mito del parricidio, pues muy bien. Algo así tiene el potencial de desbrutecernos. Pero si estamos más allá de la frontera de la responsabilidad, estamos perdidos. Es en este último lugar donde el individuo vibra con un Jesús que «azota» a los ladrones, sin darse cuenta de que él mismo es el ladrón mencionado en las Escrituras. Vibra con el ultraje a los líderes fariseos, sin percatarse de que el Maestro lo ultraja a él en el instante de la lectura.
Escribí sobre este fenómeno en un capítulo denominado «narcisismo de las pequeñas diferencias» (es un concepto psicoanalítico). En resumen, el odio es aún más talentoso que el amor cuando se trata de unir a los seres humanos, formar ejércitos, iglesias e hinchadas organizadas.
Quien abre una biblia impresa en los años setenta u ochenta —traducida por João Ferreira de Almeida, con interior rosa, seccionado por un índice táctil— encuentra Palestina en la sección de mapas. Es decir. Hasta «ayer», nadie tenía ninguna duda de que el Jesús que matamos era palestino. ¿Qué nos hizo cambiar de bando, además del dinero?
La filosofía de René Girard coincide con la práctica cristiana en la formación de una religión a partir de la violencia, del mismo modo que esa misma violencia genera la humanidad civilizada para los freudianos. Pero este autor es particularmente provocador cuando el muerto es Jesús. Desde que matamos a un inocente, la rueda de la violencia gira en el vacío.
Si la Pascua renueva en los cristianos la esperanza de la resurrección, que pueda también renovar en todos nosotros alguna garantía de que, al menos una vez al año, nos preguntemos: «¿qué hemos hecho?».
La fotografía de este artículo, tomada por Mohammed Salem de la agencia Reuters y difundida por World Press Photo, fue la ganadora del premio World Press Photo del Año. La imagen retrata a Inas Abu Maamar, una palestina de 36 años, en un momento de profundo dolor al abrazar el cuerpo de su sobrina Saly, de tan solo 5 años, que perdió la vida en un bombardeo israelí. La escena ocurrió en el hospital Nasser, ubicado en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el 17 de octubre de 2023.
Libro de ensayos del escritor peruano cuestiona las raíces religiosas y políticas detrás de la decadencia cultural moderna.
Aunque he visto la película Pantaleón y las visitadoras (¡divertida y recomendada!), conozco poco de las novelas de Mario Vargas Llosa, Nobel de literatura —escritor peruano que se despidió este día 13.
¡Me gustaba! Una vez me recomendaron encarecidamente La casa verde —curiosamente, por un profesor estadounidense. Sin embargo, este libro de la foto, repleto de ensayos, reflexiones y provocaciones, que me regalaron en 2013, lo leí y me marcó bastante.
Una reflexión profunda aquí: como generalmente en los cursos de comunicación se estudia a la Escuela de Fráncfort, se aprende que la culpa, por así decirlo, del vaciamiento poético visto en las artes a lo largo de la historia, de la decadencia estética de lo que se entiende por bello, así como del fin de la llamada "alta cultura", sería el resultado de la producción en serie, de la búsqueda del lucro a escala, de la industria cultural; en resumen, una consecuencia del capitalismo.
Para mi sorpresa, este libro me reveló un punto de vista diferente: la cuestión es política, e involucra la herencia de un revanchismo contra el gusto de la aristocracia (o de las clases altas) desde las revoluciones.
Se trata de un repudio creciente hacia la sociedad tradicional, tras las grandes guerras mundiales, y, en su esencia, sobre todo, de un trasfondo religioso —al fin y al cabo, en el origen de todas las civilizaciones, en todos los tiempos, fue precisamente de los ritos religiosos de donde provinieron y se desarrollaron las manifestaciones artísticas.
Se parte de la búsqueda de lo sublime, de las experiencias místicas, que posteriormente formaron las bases de lo que entendemos por culturas. Un vínculo que se convirtió en apenas un eco en la vida occidental contemporánea, cuando no fue totalmente desterrado, execrado, en un mundo que, a su parecer, culturalmente, camina rumbo a la nada.
O, como ya observamos ahora, hacia el contenido generado por inteligencia artificial.
